Presentamos los Conceptos cruciales del psicoanálisis y El Otro Yo, uno de los cuentos de Mario Benedetti
El psicoanálisis es una de las corrientes teóricas y clínicas más influyentes en la comprensión de la psique humana.
Fundado por Sigmund Freud a finales del siglo XIX, se consolidó como un método para explorar lo más profundo del inconsciente.
A lo largo del siglo XX, diversos autores como Jacques Lacan y Melanie Klein ampliaron, reformularon y evolucionaron sus conceptos fundamentales, dando lugar a múltiples miradas dentro de la disciplina.
Desde su origen, el psicoanálisis se ha insertado en la cultura, la literatura, el cine y en todas las esferas de la vida imaginables.
En la literatura, escritores como Julio Cortázar han construido personajes atormentados por el inconsciente y las contradicciones del deseo.
Dentro de el cine, directores como Alfred Hitchcock en Psicosis han plasmado tramas que juegan con la represión y el trauma.
Pensando en el arte, movimientos como el surrealismo de Salvador Dalí encontraron en el psicoanálisis una fuente de inspiración para plasmar el mundo de los sueños y el inconsciente.
En la música, letras de artistas como Luis Alberto Spinetta han explorado la identidad, la angustia y los conflictos internos.
E incluso en la vida cotidiana, términos como ‘trauma’, ‘complejo de Edipo’ o ‘lapsus’ han trascendido el ámbito clínico para formar parte del lenguaje común, demostrando hasta qué punto el psicoanálisis ha moldeado nuestra forma de interpretar el mundo sin que nos demos cuenta de ello.
Dentro de este interminable cruce entre el psicoanálisis y la cultura, se encuentra un escritor y referente uruguayo, Mario Benedetti (Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, s.f.).
En sus relatos, cargados de sensibilidad y sencillez, sus personajes parecen reales, cercanos, con conflictos y emociones que resuenan en el lector.
El otro yo, un cuento corto de Benedetti (1968) ya nos anticipa un conflicto interno entre distintas facetas del psiquismo.
Los Conceptos cruciales del psicoanálisis y El Otro Yo pueden pensarse desde la brevedad del cuento.
Armando, el protagonista, parece encarnar esta lucha entre las fuerzas del Yo y una parte de sí mismo que no puede integrar del todo.
Desde esta perspectiva, el relato se convierte en una muestra de la tensión entre las instancias psíquicas freudianas y su impacto en la identidad del sujeto.
Para comprender mejor la riqueza psicológica del cuento, es útil consultar a la teoría freudiana sobre la estructura psíquica.
Freud, planteó que la mente humana se divide en tres instancias fundamentales: el Ello, el Superyó y el Yo.
Desde el punto de vista psicoanalítico, la escisión del Yo es un mecanismo de defensa que puede derivar en cuadros psicóticos graves, incluyendo alucinaciones, delirios y desestructuración del pensamiento.
Juan David Nasio (2006), en su obra Enseñanza de 7 Conceptos Cruciales del Psicoanálisis, habla del concepto de forclusión, un mecanismo que, a diferencia de la represión, implica el rechazo total de un significante fundamental para la construcción de la identidad.
Cuando un significante es forcluido, no queda reprimido en el inconsciente, sino que nunca llega a ser inscrito en la estructura psíquica del sujeto.
Lo que se intenta borrar puede retornar de forma desestructurada o dejar un vacío profundo en la identidad.
En El otro yo, Armando no reprime ni acepta su lado más sensible, sino que lo elimina completamente.
Pero en vez de sentirse libre, pierde subjetividad, los demás dejan de percibirlo como si se hubiera desvanecido.
El cuento de Benedetti (1968) puede leerse como una metáfora de lo que ocurre cuando alguien forcluye una parte de sí mismo, negándola al punto de desaparecer.
Otro concepto que se relaciona fuertemente con El otro yo es la identificación.
Nasio (2006) explica que la identificación es un proceso fundamental en la construcción del psiquismo, es el mecanismo por el cual el sujeto toma rasgos, actitudes o valores de otras personas para definir su propia identidad.
Desde la infancia, nos identificamos con nuestros padres, figuras de autoridad o ideales que moldean quiénes somos .
El problema de Armando es que no logra integrar ambas partes de su identidad. Su Yo social se esfuerza por encajar, pero su Otro Yo representa una faceta más introspectiva y melancólica con la que no quiere identificarse.
En lugar de aceptar su complejidad, opta por eliminar esa parte de sí mismo, creyendo que así podrá sentirse más «normal».
Sin embargo, su intento de simplificar su identidad lo despoja de algo fundamental.
A través de este desenlace, Benedetti (1968) muestra que la identidad no es algo rígido ni unitario, sino que está construida sobre múltiples identificaciones que deben coexistir para que un sujeto se sostenga.
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PUBLICACION ESCRITA POR: MARCOS SALEMNE