Partimos del libro “Enseñanza de 7 Conceptos Cruciales del Psicoanálisis”, de Juan David Nasio, y describimos el narcisismo.
Un capítulo, está dedicado al análisis del concepto de narcisismo, desde su origen mítico hasta su desarrollo en el psicoanálisis a través de las teorías de Freud y Lacan.
Aunque el mito de Narciso sugiere que el narcisismo es un amor dirigido exclusivamente hacia la propia imagen, en el campo psicoanalítico se entiende de manera más compleja.
El narcisismo, esta vinculado estrechamente con la sexualidad, la formación del yo y las relaciones con los demás.
A lo largo del texto, se presentan las principales aportaciones de Freud y Lacan.
Cada uno conceptualiza el narcisismo y su influencia en el desarrollo psíquico.
Freud introduce el narcisismo dentro de su teoría de la libido, entendida como la energía psíquica ligada a la sexualidad.
En su desarrollo teórico, distingue dos tipos de narcisismo: primario y secundario. El narcisismo primario es un estado inicial en el queel niño aún no diferencia su yo de los demás y su energía libidinal se encuentra centrada
en sí mismo.
En esta fase, la satisfacción proviene del propio cuerpo y no de objetos externos.
Freud considera que los padres desempeñan un papel fundamental en la consolidación de esta etapa, ya que proyectan sobre su hijo sus propias expectativas y deseos, viéndolo como una extensión de sí mismos y otorgándole cualidades idealizadas.
Por otro lado, el narcisismo secundario aparece cuando la libido, que anteriormente ha sido dirigida hacia el exterior, regresa al yo.
Este proceso ocurre a medida que el niño comienza a enfrentarse a las normas y exigencias del entorno, lo que lo lleva a internalizar un ideal del yo, un conjunto de valores y expectativas que guían su conducta y que provienen de sus figuras de referencia.
Freud también estudia el papel del narcisismo en ciertas patologías, como la esquizofrenia y la hipocondría, donde la libido se retira del mundo externo y queda estancada en el yo, provocando un aislamiento o una fijación excesiva en el cuerpo.
Lacan retoma el concepto de Freud y lo amplía a través de su teoría del estadio del espejo,
Sostiene que el yo se forma cuando el niño se ve reflejado en un espejo y se identifica con esa imagen.
Este momento es crucial, ya que el niño percibe una versión unificada y coherente de sí mismo, lo que le genera una sensación de dominio sobre su cuerpo.
Sin embargo, al mismo tiempo, esta identificación genera una paradoja ya que el yo se construye a partir de una imagen externa e inalcanzable, lo que lo hace depender de un otro que le devuelva su imagen.
Esto da lugar a una tensión entre el sujeto y su entorno, donde la identidad se configura a partir de la relación con los demás y no como una entidad autónoma.
En este contexto, Lacan distingue entre el yo ideal y el ideal del yo.
El yo ideal es la imagen idealizada que el sujeto tiene de sí mismo, basada en su identificación con otros, mientras que el ideal del yo es una instancia simbólica que representa las normas y valores interiorizados desde la cultura y la educación.
Para Lacan, el narcisismo no solo estructura el yo, sino que también regula la manera en que el sujeto se relaciona con su deseo y con los significantes provenientes del otro.
En este sentido, el narcisismo es esencial para comprender cómo el individuo se construye en el plano imaginario y cómo esta construcción se ve atravesada por lo simbólico.
Un aspecto central en la teoría del narcisismo es su relación con la transferencia en el análisis.
Freud advierte que el narcisismo puede representar un obstáculo cuando el paciente dirige su libido hacia el analista de manera fija, impidiendo el trabajo analítico.
Lacan considera que este fenómeno es fundamental para el proceso terapéutico, ya que permite que el deseo del analista funcione como un motor en la reestructuración psíquica del paciente.
Para que esto ocurra, el analista debe ocupar un lugar de ausencia, es decir, no presentarse como un objeto lleno o ideal, sino como un vacío que permita al paciente proyectar en él sus significantes y elaborar su propio deseo.
En conclusión, el narcisismo es un concepto fundamental en el psicoanálisis, tanto en la formación del yo como en las dinámicas interpersonales y en los procesos clínicos.
Las teorías de Freud y Lacan ofrecen perspectivas complementarias para comprender su papel en la estructuración psíquica, mostrando que el narcisismo no se reduce a un simple amor, por uno mismo, sino que es una dimensión esencial.
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Sandra Horta Jiménez